03 octubre 2018

Crónica de la semana bicicletera 2018 en Artieda (Aragón)


Este año el cuartel general de la semana bicicletera ha estado ubicado en Artieda, que es una localidad y municipio situado en el norte de la provincia de Zaragoza, perteneciente a la comarca de la Jacetania y al partido judicial de Ejea de los Caballeros. Está enclavada en un vértice en el que confluyen las provincias de Huesca, Zaragoza y la comunidad autónoma de Navarra. Está situada en una alto, de forma que todas las etapas terminaban en “montaña”, con una cuesta de unos 150 metros de un porcentaje de 18-20%, la cual había que subir con todo el desarrollo y de pie encima de la bicicleta.

Siete han sido los esforzados txirrindularis ( Ignacio, Jose Ignacio, Jesús Mari, Jontxu, José Mari, Biki y Mendi) que se han metido entre pecho y espalda 530 kilómetros por una zona prepirenaica de bellos paisajes, pero con cuestas y puertos de fuertes porcentajes y de un número de kilómetros respetable.

El tiempo nos ha respetado, las mañanas eran frescas, pero enseguida entrabamos en calor. El primer día hizo viento y el último día pasamos un poco de frio, algo que resolvimos una vez que paramos a almorzar.

Por las carreteras por las que hemos circulado no hemos encontrado apenas coches, se puede decir que nos las habían puesto sólo para nosotros. El piso de las mismas unas veces era bueno y otras veces irregular, en algunos casos con gravilla suelta, por lo que, si el tramo era en bajada, había que circular con prudencia. Se notaba el paso de las provincia de Huesca o Zaragoza a Navarra porque al entrar en ésta la carretera cambiaba a mejor.

Los paisajes por donde hemos pasado, espectaculares, agrestes, los ríos circulando por preciosos barrancos (foz), bosques tupidos, típicos pueblos pirenaicos con sus casas recias y pavimentados con adoquines.

La casa rural acogedora y que no le faltaba de nada, además de una preciosas vistas al pantano de Yesa y a los Pirineos. Nos ubicamos en habitaciones dobles e individuales, y Nicolás (Biki), que se incorporó a medidos de la semana, durmió en una cama plegable.

El plan del día fue: levantarse sobre las 7:30, salir a andar en bici sobre las 8:30, hacer la etapa programada, con parada para almorzar en algún bar (ademas de comer lo que Jontxu nos preparaba a todos: un sanwinch de jamón y queso y un plátano), ducharnos e ir a comer al Albergue de Peregrinos del pueblo, donde nos dieron de comer estupendamente (por recomendación de Jontxu les pedimos que el primer plato fuera siempre de hidratos de carbono : pasta, legumbre, arroz,...). Después siesta y visita turística, para terminar el día cenando en casa lo que nos preparaba Jontxu; se partía jamón y chorizo como entrantes, si bien sólo se podía picar el chorizo, antes de que el jefe de cocina (Jontxu) diera el pistoletazo de salida para devorar la cena.

A nuestro ángel de la guarda siempre le pedimos que nos cuide y no permita que tengamos ningún percance, si bien le permitimos que podamos tener pinchazos, algo que sucedió el primer día, como luego se cuenta.

Este año Ignacio no ha acuñado ninguna frase original, ha tomado la que tiene el Club Ciclista Santutxu (al que pertenece Jose Mari), que es “el que no pueda que se joda”, que debe ser mano de santo, porque según dice Jose Mari no hay nadie que proteste por nada.

Para el año que viene la única propuesta para la semana bicicletera 2019 es que la misma se celebre en Ejea de los Caballeros.




24 de setiembre de 2018

Para las 7 de la mañana los que salíamos de Donosti, en la furgoneta de José Ignacio, ya estábamos camino de Pamplona, donde teníamos que recoger a Jesús Mari, llegando a Artieda a la hora acordada, las 9 de la mañana. Pocos minutos más tarde arribó Jose Mari que venía de Bilbao.

Sobre las 9:30, abordamos la primera etapa, corta, de 67 km, que cubrimos en menos de 3 horas y media, la cual tenía dos puertos, el primero (el puerto de Los Cuatro Caminos) a los 10 km de salir de Artieda, nada más pasar Ruesta, con una subida de mas de 8 kilómetros por una carretera botona, de pendiente media. En la bajada del puerto, en Navardun, paramos a almorzar, y pocos kilómetros mas adelante subimos el mismo puerto (con un kilometraje similar al anterior) por otra vertiente, esta vez por carretera más ancha y bien asfaltada, bajando por el lado por donde habíamos subido al principio. En resumen, una etapa con una parte de ida y vuelta, al principio y al final, y un bucle en la mitad de la etapa; a la bajada del pueblo, en la desviación a Ruesta, estaban preparando un trozo de un kilómetro para su posterior asfaltado, por donde tuvimos que pasar tanto a la ida como a la vuelta, lo cual nos obligo a ir con cuidado y a que se nos mancharan las bicis.

En esta etapa se produjeron los dos únicos incidentes, menores, de toda la semana bicicletera: un pinchazo de Jesús Mari, a 10 km de terminar la etapa (acudiendo el coche escoba para recogerle y llevarle a la casa rural), y una avería en el cambio de la bicicleta de José Ignacio, lo que le obligó a subir el segundo puerto con el piñón pequeño, con el consiguiente esfuerzo que ello le supuso.

Después de ducharnos fuimos a comer al único bar del pueblo en el que sirven comidas, el albergue de peregrinos, donde como nos gustó la comida dijimos que seguiríamos yendo a comer toda la semana.

Después de una reparadora siesta, para recuperar el madrugón y el esfuerzo desplegado en la etapa , nos desplazamos a Sangüesa para hacer compra para varios días ( Sangüesa esta a una 40 km de Artieda ) y para reparar la bici de Jose Ignacio, y de paso para tensar el cable del freno trasero de la bici de Ignacio.

Una vez en casa, a preparar la cena (además del chorizo y jamón): ensalada de tomate y lengua en salsa, animado todo con las clásicas discusiones y conversaciones de todas las cenas.

La luna al atardecer camino de Artieda
Artieda en el alto
Atardecer desde la casa rural en Artieda



25 de setiembre de 2018

La etapa más larga de la semana (más de 86 km) , también con dos puertos, el puerto de Los Cuatro Caminos, que se sube en el mismo sentido que el día anterior y el puerto de Miracielo, de casi mil metros de altitud. Después una larga bajada hasta Puente La Reina de Jaca, parando en los dos únicos pueblos del trayecto para ver si podíamos almorzar, en donde estaban los bares cerrados por vacaciones, por lo que tuvimos que seguir hasta Puente la Reina de Jaca para reponer energías. A partir de ahí, 15 km por la N-240, que a falta de construcción de autovía en ese tramo tiene mucho trafico de coches y camiones, con poco arcén, siendo el tramo más peligroso por el que hemos transitado en toda la semana.

La etapa programada era una etapa circular, con los 15 km por la N-240, que al inicio decimos cambiarla por una etapa de ida y vuelta, para evitar el peligro de circular por la N-240, pero al ver la bajada tan pronunciada del puerto de Miracielo se decidió hacer lo programado para evitar a la vuelta subidas largas y del 12% . Este tramo peligroso no tiene nada que ver con el tráfico de la parte inicial, el puerto de Los Cuatro Caminos, en donde nos pasó (y el día anterior también), unicamente la furgoneta de Correos, que va recogiendo las mochilas de los peregrinos para llevarlas desde los albergues de salida (de Artieda y Ruesta) al siguiente albergue en el que éstos terminaran la etapa.

Ducha, comida, siesta y visita al monasterio de Leire , en donde vimos la cripta, la iglesia, y escuchamos un rato los cantos gregorianos de los monjes.

Para cenar pusimos la mesa orientada a la televisión para ver el partido entre la Real Sociedad y el Rayo Vallecano en el nuevo Anoeta, que desgraciadamente terminó con el resultado de 2-2. Para cenar , además del chorizo y jamón, salmón con patatas y borraja.

La fachada anterior de la casa rural
Vistas desde el balcón de la casa rural hacia el pantano de Yesa
Vistas desde la casa rural hacia el valle del rio Esca (valle del Roncal)
La parte posterior de la casa rural
La calle de Artieda en la que está la casa rural
Antes de iniciar la etapa
Jesus Mari sube fresco el puerto de Los Cuatro Caminos ....
... y Jose Mari También
Parada en el transcurso de la etapa, con la iglesia de Bagues al fondo
Parada en Puente la Reina de Jaca para almorzar
En el monasterio de Leire
Las montañas en las que está ubicado el monasterio de Leire
La iglesia del monasterio de Leire
José Ignacio y José Mari relajados en la esplanada del monasterio
Llamada para ver la cripta
La portada de la iglesia de Leire
Esperando a que habran la iglesia para ver y oir cantar a los monjes ......
...... algunos se ponen en primera fila 




26 de setiembre de 2018

Preciosa etapa circulando por carreteras de montaña, con ríos a un lado y al otro, atravesando preciosas foz (las vistas desde la Foz de Fago impresionantes, y el paso por la larga foz de Binies, con cinco pequeños túneles escavados en la roca, espectacular).
La etapa programada constaba de una parte de ida y vuelta y un bucle en la mitad de la etapa. Para ello había que circular unos 5 km por la N-240. Para evitar esto, unos continuaron hasta Isaba, y de ahí por una carretera de montaña a enlazar con el bucle, y otros hicieron la etapa inicialmente prevista, si bien los primeros tuvieron que seguir los consejos de un pastor, de nombre Celestino, que tenia 600 ovejas, de las cuales 200 estaban pariendo, para tomar la carretera buena en la parte del bucle, atravesando para ello un trozo de camino con piedra.

Para los que hicieron el recorrido inicial 69 km, con la subida a Fago y la subida a Mianos , y para los que fueron a Isaba, la subida a Fago, la subida de la salida de Fago hacia Isaba y la subida a Mianos, para completar más de 78 km.

Como siempre, ducha y comida, siesta y después visita turística a Jaca, al museo diocesano, un paseo , unas cervezas y compras.

A la tarde recibimos la llamada de Nicolás Ruiz Ruiz ( más conocido como El Biki) para decirnos que al día siguiente se incorpora al grupo.

Para la cena Jontxu nos prepara las sobras de lengua en salsa, unos pinchos y estofado de pavo.

En el puerto de la foz de Fago se abre un túnel en la roca
La carretera por la que hemos subido al puerto de la Foz de Fago en donde se observa la pendiente
El piso es el de una carretera de montaña
Desde el puerto de la foz de Fago la inmensidad de naturaleza al fondo ....
... y el impresionante barranco ....
.... la carretera y la boca del túnel desde un km más adelante de la foto anterior
La justificación de que lo hemos subido en bicicleta
La foz en dirección al pueblo de Fago
En Jaca tomando unas cañitas




27 de setiembre de 2018

Al grupo se incorpora Nicolás, y nos deja, solo por el día, Jose Ignacio .

Etapa de ida y vuelta, por el valle del río Esca (el valle del Roncal) , que unos hicieron lo programado (73 km) y otro siguieron hasta el siguiente pueblo (79 km), antes de tomar el camino de vuelta. El perfil era en ligera subida a la ida y en ligera bajada a la vuelta, por lo que fue la etapa en la que se desarrolló la media más alta.

Este día comimos tarde porque en el bar tenían que dar comida a un grupo de 50 personas, jóvenes y profesores del proyecto Erasmus, residentes en Zaragoza.

Después del rato de siesta nos desplazamos al Castillo de Javier, en donde nos incorporamos a una vista guiada, y después a Sangüesa para hacer las últimas compras.

Para cenar sobras del estofado de pavo y bonito con tomate.

Sonrisas al comienzo de la cuarta etapa
Los que llegamos hasta Isaba y almorzamos allí
El Pirineo desde el balcón de la casa rural
El Arbol genealógico de Javier, el santo, en el están también los Reyes Católicos
El convento de Javier
Una de las torres del castillo de Javier
El exterior del castillo de Javier




28 de setiembre de 2018

Etapa con una parte de ida y vuelta, al principio y final de la etapa, y un bucle en la mitad, con dos puertos, el primero, de unos 5 km, por una carretera estrecha y empinada hasta Castillo Nuevo, y el segundo el puerto de Las Coronas (950 m. de altitud), el cual comenzaba en Navascues.

Alguno, que no se había preocupado ni de llevar la hoja con el recorrido, ni de ir con alguien que conocía el recorrido, ni hacer caso a los consejos que se le dieron, se fue solo y no tomó el cruce que conducía al primer puerto por lo que, cuando se dio cuenta, se tuvo que volver para seguir el camino correcto.

Después de lo de todos los días (ducha, comida y siesta), a la tarde visita a Sos del Rey Católico, en donde visitamos en Palacio de Sada, lugar en el que nació Fernando El Católico, dimos una vuelta por el pueblo y subimos al castillo para contemplar las preciosas vistas que desde él se divisan.

Para cenar, de segundo, porque de primero siempre está el chorizo y el jamón, las sobras del bonito con tomate del día anterior y pollo.

El viernes nos juntamos los siete
En Burgui
El pelotón a la vuelta ....
... en una cuesta ....
... donde hay que ponerse de pie encima de la bici
Saliendo de comer, junto con otros vecinos del pueblo
Hemos comido bien y se ve en las caras y en los bodies
El Jefe de Filas va por detrás para que no se pierda ninguna oveja
Pensado en la siesta que va a caer
El Pirineo visto desde Sos del Rey Católico ...
... que tiene que estar precioso en un día despejado de invierno, todo nevado
En Sos del Rey católico
Vistas de Sos del Rey Católico desde el castillo
Maqueta de Sos del Rey Católico




29 de setiembre de 2018

Etapa circular recorriendo trozos ya recorridos en etapas anteriores, aunque en sentido inverso, por los parajes mas bonitos de esta zona pirenaica, como son la foz de Binies, la subida hasta Ansó ( donde paramos a almorzar ) y el trozo desde Fago a la N-240, esta vez en bajada, volviendo a disfrutar de la Foz y de paisajes deslumbrantes. Etapa de 80 km , cuya parte de mayor dureza eran los 4 km de subida desde Ansó al alto desde el que se baja a Fago.

Jesús Mari se va después de comer, quedando seis txirrindularis para finalizar la semana bicicletera.

A la tarde después de la siesta algunos se bajan hasta la ermita del pueblo, a unos dos kilómetros del mismo.

A la noche Jontxu nos prepara unas tortillas individuales de las que no dejamos ni las migas.

La ermita de Artieda
El pueblo al fondo
Las sombras que da el atardecer ....
... y su color rojizo




30 de setiembre de 2018

Ultima etapa de la semana, etapa corta ( 61 km) , de ida y vuelta, en ligera subida a la ida y en ligera bajada a la vuelta ( salvo al fuerte subida al pueblo, algo que hay que abordar todos los días).

Se nota el cambio del tiempo, porque a pesar de que la ida la hacemos en ligera subida pasamos frío.

Paramos en Burgui a almorzar en un bar donde habian parado tambien un grupo grande de moteros.

Ducha, comida, una pequeña siesta y a ver el final del campeonato del mundo de ciclismo donde Valverde ( bala verde) nos hace saltar de júbilo al conseguir la medalla de oro. Una vez terminada la retrasmision del mudial, cada mochuelo a su olivo, o sea nos encaminamos para casa, a donde llegamos a la tarde.

Parada en Burgui para apretarnos un buen almuerzo
Tres distintos escenarios: motos, bicis y el futuro Indurain
Como sigan así y entrenen en estos parajes se llevan de calle el Tour
Fin de la semana bicicletera sin incidentes

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