Etapa reina, entrenamiento de nivel ……y accidente

En el descanso en Lesaka el sábado 16

Sábado 15 de julio


El cuorum fue importante: Jesus Mari, Angel, Jose Ignacio, Emilio y Mendi fueron los valientes que se atrevieron a realizar una etapa de nivel, una etapa de montaña, vamos una etapa tipo Pirineos o Alpes en el Tour. Alguno se rajó (Biki que prefirió ir “de paseo” con su “cuñau”) y otros no debieran haber salido (Emilio, aún convaleciente y un poco débil, pero su pundonor le hizo estar a la hora en el sitio indicado). La salida fue a las 7:30 desde Oiartzun y el recorrido: puerto de Aritxulegi, puerto de Agiña, Lesaka (descanso y avituallamiento), Vera, col (en francais) de Ibardin, San Juan de Luz, Sokoa, Hendaya, Irún, Ventas de Irún y a partir de ahí unos por Gaintxurisketa (Angel y Jesus Mari) y otros por Gurutze (Jose Ignacio y Mendi). Emilio se dio la vuelta antes de tocar la cumbre de Agiña ya que el body no le respondía. Total más de 4 horas sobre la bici, 4 puertos y muchos kilómetros de rompepiernas además de mucho calor al final de la etapa.


Domingo 16 de julio

Dado que el día anterior se había zurrado la badana este día se decidió hacer una etapa corta pero apretando la velocidad: de Hernani al pantano del Urumea después de Goizueta. La salida fue a las 8 (esta vez los mismos del día anterior mas el Biki) y ya nada más empezar Emilio (con culotte del equipo AG2R y maillot tipo Rafa Nadal, además de depilado como Angelito) quiso dejar constancia de su pundonor poniéndose a tirar y diciéndonos que “él iba hasta Basakabi”. Si se fue rápido a la ida qué decir de la vuelta. Una vez pasado Ugaldetxo el grupo se pegó a una delipado con el maillot de la ONCE (¿Jalabert?) y fuimos 8 kilómetros entre 35-40 kilómetros a la hora. Cuando ya íbamos a afrontar la cuesta que lleva a la papelera de Zikuñaga a Jesus Mari se le bloqueó la bici y se fue al suelo pegándose un gran golpe, aunque afortunadamente no tiene nada roto, lo que si tiene es un fuerte golpe en la espalda y riñones (cayó de espaldas) y las consiguientes raspaduras en brazos y espalda. Gracias a Dios que la cosa no fue más grave porque la velocidad a que íbamos era alta.